"No todos los estudiantes tienen teléfonos para conectarse a las clases o cuentan con servicio de internet. Tampoco están todos juntos, por lo que en algunos pabellones se les hacía imposible participar de los encuentros sincrónicos. Para esos casos, preparamos materiales impresos que el equipo de PEUCE se encargó de hacer llegar a los estudiantes", explicó Rosa Villegas, coordinadora de la carrera. "Fueron muchas las dificultades pero contamos con el gran compromiso de todo el equipo docente y de nuestros estudiantes", agregó.
En este punto, fueron primordiales la flexibilidad, la organización de las tareas y del tiempo, adaptado a la realidad de los estudiantes, a sus necesidades. "Todos tuvimos que amoldarnos a una enseñanza a la que no estábamos acostumbrados, distanciada del aula pero con mucha contención", señaló Rosa.
A pesar de todo, los estudiantes pudieron hacer trabajos en grupo, elaborar por pabellones un protocolo para seguir estudiando en contexto de encierro (dentro de materia "taller inicial); compartir teléfonos para rendir EGI; diseñar proyectos para la creación de un microemprendimiento aplicando conceptos básicos de administración. A esto se suma la oportunidad de rendir en forma oral con intérprete de señas, que tuvo uno de los estudiantes con discapacidad auditiva
Este año nos vuelve a enfrentar a condiciones similares, por lo que todo el equipo sigue repensando diferentes estrategias para poder llegar mejor a los estudiantes y acortar las distancias que genera el contexto y la virtualidad. Sin dudas, ante tantos obstáculos, los docentes y estudiantes pudieron marcar la diferencia y volverán a hacerlo en este nuevo ciclo lectivo.