El 21 de setiembre es, entre todos los días del año, uno de los más importantes y significativos -sino el más importante y significativo-, ya que alberga la tradicional celebración de labor, esfuerzo, dedicación y espíritu del pilar que sostiene a toda institución educativa: nuestras y nuestros estudiantes.
En homenaje a ellas y a ellos, conversamos con un dúo muy interesante: un papá y su hijo que se inscribieron en el ITU este año en la misma carrera y que ya comparten un camino de desafíos y experiencias que vale la pena rescatar.
Se trata de Mauricio y Bautista Biaggi, padre e hijo respectivamente, quienes se encuentran cursando juntos la Tecnicatura Universitaria en Gestión de Empresas, del cursado vespertino, de Sede Centro. En el arranque de nuestra charla, nos contaron que este 2.022 comenzaron su: “Sueño de estudiar juntos una carrera universitaria”.
Entre tantas otras posibilidades de formación profesional de gran calidad y trayectoria, ellos eligieron el ITU pensando en que ésta, en particular, es una carrera que abarca y brinda múltiples herramientas y la posibilidad de desarrollar habilidades que les sirvan tanto para la inserción laboral como para poner en marcha emprendimientos propios. El transitar esta experiencia juntos y a la par -explican ambos- les permite trabajar en equipo, ayudarse a la hora de estudiar y organizarse con las tareas y prácticos.
Sabido es que gran parte del renombre del ITU es directamente proporcional a su nivel de exigencia y gracias a ello es que sus estudiantes afrontan con una rápida y efectiva vinculación el entorno socio-productivo. Es por ello, que no es menor la fortaleza, con la que cuenta este gran dúo. El provecho, a su vez, está puesto en hacerlo juntos.
“El ITU para nosotros representa una gran oportunidad, es una institución de prestigio, que nos facilita la posibilidad de formarnos y crecer a nivel profesional”, destacaron los Biaggi.
Algo que padre e hijo resaltaron -y que es común a un sinfín de relatos de otros grupos de estudiantes-, es que cuentan con profesoras y profesores muy predispuestos y empáticos además de una interacción con pares con quienes están en la misma sintonía; ello, según explicaron, les viene permitiendo ampliar su red de contactos; bagaje éste que es y será de gran utilidad en su futuro inmediato.
“Elegí esta carrera –la de Tecnicatura en Gestión de Empresas- porque siento que es una asignatura pendiente que tengo en mi vida, de querer incorporar herramientas que me ayuden a mi día a día, tanto en lo personal como en lo profesional”, remarcó el papá, Mauricio Biaggi.
En tanto, su hijo Bautista se inclinó por resaltar sus intenciones de adquirir mayores conocimientos y lograr ampliar su perfil de competencias, de manera de lograr mayor versatilidad en su ámbito laboral. En relación a por qué eligieron el ITU, ambos coincidieron y resaltaron la gran trayectoria en enseñanza y puesta en práctica además de permitirles trabajar y estudiar al mismo tiempo, cosa que también hacen ambos en la actualidad.
"Mi viejo fue quien me motivó"
“Lo más gracioso, de nuestro caso es que yo no fui quien motivó a mi viejo a esta travesía estudiantil, fue él. Él buscó, indagó, y se preocupó para que nos involucremos en esta nueva aventura”, confesó Bautista Biaggi. De hecho, la dupla remarcó la facilidad que brinda el ITU -a través de horarios diurnos y nocturnos, modalidades presenciales y remotas, entre otras características- que hace que sea muy valorado por quienes trabajan y también desean estudiar: “Justamente por esto es que dimos el SÍ, y el 23 de febrero de 2.022 tuvimos nuestra primera clase”, contaron conmovidos.
Trabajar y estudiar en familia, un hecho
Ambos tienen como prioridad recibirse en tiempo y forma, y así cumplir con este gran sueño; para luego dar lugar a su próximo objetivo que es emprender su local gastronómico, “porque otra que compartimos, es la pasión en la elaboración de un buen plato de comida”.
En en el cierre de este charla, Mauricio y Bautista quisieron aprovechar el espacio para agradecer a las profesoras del Grupo Pichiciego, Belén Figueroa y Silvina Passalacqua, quienes fueron su primer contacto, apoyo y un gran pilar en lograr su primer objetivo, de ingresar a la carrera.