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LOGÍSTICA DE CATÁSTROFES: Atenuar daños

La logística puede ser un reto cuando se trata de ganar competitividad para una empresa. Esto se multiplica cuando el objetivo es la reducción de riesgos y salvar vidas.

07 de julio de 2016 Por: Romina Olguín - Becaria de Prensa del Instituto Tecnológico Universitario
imagen LOGÍSTICA DE CATÁSTROFES: Atenuar daños

Inundaciones en la ciudad de La Plata, año 2013.

Una catástrofe es un acontecimiento que altera el orden natural de las cosas produciendo una desproporción entre las necesidades y los medios disponibles para su resolución. Éstas pueden ser de origen natural (terremotos, huracanes o erupciones volcánicas, por ejemplo) o provocadas por la actividad humana (como desastres nucleares o incendios forestales). Es entonces cuando se hace necesaria una preparación previa para afrontar eficientemente tales contingencias.

La logística ofrece una ayuda fundamental, ya no para mejorar la competitividad de una empresa en particular sino para atenuar los daños ante un desastre y, por supuesto, salvar vidas.

 

El Ingeniero Ricardo Palma es ingeniero industrial, magíster en Logística y doctor en Ingeniería. Es profesor en las cátedras Técnicas y Herramientas Modernas I y II en la carrera de Ingeniería Industrial en la Facultad de Ingeniería. Su tesis de maestría fue sobre Logística de Catástrofes y fue tomada por Naciones Unidas como protocolo de acción en los casos de ántrax.

 

¿Cómo se maneja la logística de catástrofes en Argentina?

En Argentina hay una constante, que es actuar ante el hecho consumado. Usamos la logística de catástrofes, no para prepararnos, sino cuando ya está desarrollada. Si uno traza una curva de impacto según el tiempo, las catástrofes llevan una tendencia creciente.

Esto se da no tanto por la intensificación de las causas del cambio climático sino conforme crece la población, el núcleo urbano se vuelve más vulnerable, al aumentar su diversidad y complejidad. No tener buenas vías de comunicación e infraestructura adecuada dentro de una ciudad “asfalta el camino al fracaso”.

Es muy importante que se gestione responsablemente una logística aplicada a catástrofes, ya que los organismos que actúan en estas situaciones tienen una responsabilidad tanto ética como legal.

 

¿Cómo se manejan las donaciones?

Lo primero que dona la gente ante una situación de desastre es agua. Según el manual de gestión de catástrofes de Naciones Unidas no hay que donar agua, ya que esta se puede contaminar o derramar y arruinar el resto de las donaciones. Las empresas, por su parte, donan los packs ya protegidos y los transportan aparte, nunca los mezclan con alimentos o ropa. Lo ideal en estos casos sería llevar una planta potabilizadora al lugar; eso garantiza la calidad del agua.

Separar las donaciones por origen es fundamental. Ante un desastre, una ciudad podría organizarse para recolectar frazadas y otra, vestimenta, por ejemplo. Esto facilita mucho el transporte al trasladar productos homogéneos. Cuando se dona ropa es fundamental que ésta sea clasificada por tipo y talla, ya que no hacerlo entorpece mucho el reparto.

Durante el huracán Mitch la Agencia de Cooperación Alemana hizo un donativo de zapatos; había todo un campo de fútbol lleno de ellos. Mucha gente estuvo allí durante horas con un zapato en la mano, buscando la pareja. Desde entonces, los manuales de gestión humanitaria recomiendan que si se dona calzado hay que atar los pares de los cordones o envolverlos en cinta de embalar para que vayan juntos. Son cosas que parecen triviales, pero hasta que no ocurre uno no toma conciencia.

 

¿Cómo deben organizarse las personas cuando sucede una catástrofe?

Es fundamental desarrollar la capacidad de autoorganización, para eso necesitamos conocer al que tenemos al lado. En estas situaciones, las organizaciones más pequeñas y sin fines de lucro son las que tienen más éxito, porque poseen la red de personas.

En una situación de desastre, durante las primeras 72 horas se debe tomar como referencia a los vecinos. Es esencial tener una logística familiar planificada, un mecanismo inconsciente que se active sin pensarlo. Ante una catástrofe, las personas que se encuentran bien deben auxiliar primero a su familia, luego a sus vecinos. Es preferible quedarse en el lugar ayudando a las personas más cercanas que tratar de trasladarse al otro lado de la ciudad. Debemos confiar en que hay alguien que está ayudando a nuestros familiares.

Deben primar, ante todo, los valores. Es fundamental la coordinación y que las personas se perciban como útiles. Éticamente estamos obligados a ayudar. Debemos dirigirnos al nivel superior de organización social, el distrito, el municipio, y ofrecer lo que se pueda, tanto en bienes materiales como nuestro servicio como voluntarios. El estado no puede hacer todo.

El gobierno es quien debe coordinar las acciones, manejar los recursos y, en caso de faltante, gestionar la obtención de los mismos. Se debe garantizar el marco legal de actuación en estos casos: declarar el estado de emergencia, si se requiere, y actuar en consecuencia. El ejército, por su formación, es el que está más preparado para actuar, siguiendo la dirección del gobierno. Los empresarios, por su parte, deben actuar con responsabilidad social, ponerse al servicio del Estado y hacer los donativos en bienes y servicios que sean necesarios.

 

¿Cómo se coordina el transporte de suministros en una situación de desastre?

Primero, hay que identificar qué cantidad de suministros hay que trasladar. En cuestión de alimentos el cálculo es fácil: aproximadamente 500 gramos por persona equivale a una ración. Luego se calcula la cantidad de personas afectadas mediante un mapa satelital de la zona. Posteriormente se estima la cantidad de tiempo que serán necesarios los suministros. Así se obtiene el total de carga que hay que mover. Es entonces cuando se busca el transporte que más convenga, el que más pueda llevar usando menos combustible: el ideal es casi siempre el vehículo de calle.  Hay que tener en cuenta que en una catástrofe los camiones de grandes cargas no pueden circular. Además se dificulta el suministro de combustible.

 

¿Existe en Argentina un fondo de contingencia para catástrofes?

En Argentina los fondos se destinan en el momento, y se forman de montos que se restan de otras áreas. Este es el motivo por el que los gobiernos tardan en reaccionar. Hay que pensar que, cuando estamos en situaciones económicas tan complicadas, no abundan los recursos. De hecho, si existiera un fondo de contingencia y estuviera en pesos, con el paso del tiempo se habría deteriorado por la inflación. No creo que deba haber un fondo, el dinero es demasiado volátil. Es preferible tener un mecanismo legal ágil para obtener recursos de otras cuentas. Tener el mecanismo es tan bueno como tener la plata.

Por su extensión geográfica, nuestro país posee casi todas las posibilidades de catástrofes naturales, a excepción de huracanes y tsunamis. Terremotos, tornados e inundaciones son parte de nuestra historia y por ello se debe fomentar cuidado y prevención. Estos son algunos de los desastres naturales más recordados de los últimos tiempos.

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